A lo largo de sus 45 años como técnico automotriz y de diésel, Richard Crabtree ha realizado miles de pruebas de emisiones en una amplia gama de vehículos en el norte de California. Las razones por las que los vehículos no pasaron la prueba fueron muy variadas: fallas de encendido, sensores de O2 defectuosos, fugas del sistema de control de evaporaciones (EVAP), tapones del tanque de combustible defectuosos, convertidores catalíticos; todas ellas activarían uno o más de los muchos sensores de un vehículo moderno, iluminando la temida luz de revisión del motor (“Check Engine”).
Se puede decir que las pruebas de emisiones, esencialmente, se reducen a un diagnóstico de comprobación junto con una inspección visual. Aunque en Estados Unidos las pruebas del tubo de escape son, en su mayoría, cosa del pasado, en México todas las pruebas de emisiones, ya sean dinámicas o estáticas, se realizan midiendo los gases en el tubo de escape.
“Una prueba de emisiones por lo general consiste en verificar que se ha pasado el número requerido de sensores”, dice Crabtree. “Ese requisito va a variar de una zona a otra, dependiendo de los requisitos estatales, el año del vehículo y otros factores. Pero típicamente, si un sensor o dos no pasan, esa luz que indica revisar el motor va a seguir encendiéndose y el auto no aprobará”.
El mejor modo de asegurar que tu vehículo pase una prueba de emisiones, como señala Crabtree, es bastante básico: asegúrate de que reciba un buen mantenimiento y esté en buenas condiciones, de modo que ninguno de esos sensores levante una bandera roja. Eso puede ser más fácil decirlo que hacerlo, por supuesto, ya que los vehículos tienen más problemas con la edad, como la acumulación de depósitos de carbono y aceite, e inyectores obstruidos. Esos problemas comunes son algo que Sea Foam puede resolver, como Crabtree lo ha visto de primera mano.
“Definitivamente ha producido buenos resultados”, dice. “Es algo sencillo y vale la pena hacerlo para el mantenimiento preventivo”.
¿Cómo ayuda Sea Foam?
En Sea Foam recibimos muchas llamadas y correos electrónicos de clientes que lidian con problemas de emisiones y buscan asesoría para pasar las pruebas. Creemos que hay un par de formas sencillas de ver lo problemáticas que son las emisiones:
- Gasolina y combustible evaporándose a la atmósfera desde nuestros tanques de combustible. Esta causa de contaminación por emisiones ocurre constantemente, aunque los fabricantes de automóviles han logrado avances para prevenir este problema a través de sistemas de combustible mejor contenidos.
- Combustible sin quemar lanzado a la atmósfera cuando un motor sucio ya no puede quemar el combustible por completo. Una forma común de ver esto es cuando el humo negro sale del escape del vehículo. Esto es algo que Sea Foam puede solucionar.
Un automóvil o camión que no quema combustible eficientemente no está funcionando como debería y, lo que es más importante, está emitiendo residuos de combustible no quemado que no pertenece a la atmósfera (contaminación), dañando el medio ambiente.
Sea Foam puede ayudar a que tu vehículo funcione de forma más limpia y ecológica, lo cual es una ventaja para todos. Si estás buscando ayuda para pasar una prueba de emisiones, o simplemente quieres un auto o camión que funcione mejor, prueba esto:
- Añade dos latas de Tratamiento Multiusos Sea Foam o Alto Kilometraje Sea Foam (para autos y camiones con más de 120,000 kilómetros) a un tanque bajo de combustible y conduce normalmente por unos 30 kilómetros. La mayor concentración de limpieza ayudará a limpiar los inyectores de combustible y las áreas de la cámara.
- Utiliza el tratamiento de combustible depositándolo en el tanque al menos dos veces, junto con una secuencia de dos tratamientos del Aerosol Sea Foam. Esto limpiará las válvulas de entrada y también proporcionará una limpieza extra para las cámaras de combustión del motor (donde se quema el combustible).
Asegúrate de completar este proceso al menos un par de días antes de llevar tu vehículo a una prueba de emisiones.