Una de las preguntas más recurrentes entre los propietarios de vehículos es qué tan adecuado y qué tan seguido es conveniente el uso de aditivos y tratamientos para sus vehículos, en parte por un temor de causarles algún daño por utilizar algún producto innecesario o por usar excesivamente un aditivo.
La respuesta es variable, pues depende del tipo de producto que se requiera utilizar. Lo que sí se puede afirmar es que mientras se utilicen de acuerdo a las recomendaciones, los productos no deben provocar ningún tipo de daño al vehículo; al contrario, el uso de aditivos permitirá que el motor tenga un mejor funcionamiento.
Uno de los problemas más comunes en los vehículos, desde hace unos 25 años, es la limpieza de los inyectores de combustible. Un sistema de inyección es mucho más eficiente que un carburador, reduce el consumo de combustible y las emisiones, mejora la respuesta y rendimiento del motor, pero requiere otro tipo de cuidados, por lo que se debe estar atentos para realizar la limpieza de inyectores con regularidad.
Por otra parte, el combustible puede traer consigo impurezas que se pueden ir acumulando en el tanque de gasolina, los conductos y en los propios inyectores, lo que impide un correcto flujo de combustible, o puede ser que el rocío que se debe mezclar con el aire que entra al motor sea bajo y por ende no se obtenga una combustión adecuada. Esto es más común en lugares con combustibles de baja calidad y exceso de azufre, como sucede con la mayoría de gasolinas en México.
En este caso, es fácil identificar si es necesaria la utilización de algún producto para los inyectores, ya que, si no hay un buen flujo de combustible a los inyectores o si éstos no pueden inyectarlo adecuadamente por suciedad interna, encontraremos este tipo de problemas:
- El motor se siente con poca potencia y lento en aceleración
- Dificultad para arrancar el motor
- Gasta más combustible de lo normal porque hay que pisar más el pedal
- El vehículo se jalonea al acelerar o se para con facilidad
- El motor se puede sobrecalentar
- Se escuchan ruidos de golpeteo o extraños en el motor
- Puede haber exceso de humo visible en el escape o aumento de gases nocivos
- Olor a combustible con el motor a ralentí
- En casos graves puede prenderse el testigo de “Check Engine” en el tablero
Si se tiene uno o varios de estos síntomas en el vehículo es momento de utilizar un producto para limpiar los inyectores y los ductos de combustible.
Sea Foam ofrece un Limpiador de Inyectores, el cual se recomienda utilizar al menos una vez al mes para mantener los conductos e inyectores libres de suciedad, lo que mantendrá el patrón de rocío, así como una lubricación adecuada a la parte superior de los cilindros.
También puede utilizarse el Tratamiento Multiusos de Sea Foam en el tanque de combustible para mantener limpios los conductos e inyectores, las válvulas de admisión y retirar los depósitos que se forman en la cámara de combustión. Es adecuado para motores a gasolina o diésel. En el caso de motores con más de 120,000 km puede utilizarse el tratamiento para Alto Kilometraje de Sea Foam.
Estos tratamientos ayudan a que los conductos y los inyectores estén limpios y se tenga un flujo óptimo y un patrón de rocío adecuado, lo que resultará en una mejor respuesta y menor consumo de combustible.
Recuerden que al utilizar los tratamientos de Sea Foam, los vehículos funcionan mejor y duran más.